martes, 3 de marzo de 2009

Almeyda: "Ahora quiero disfrutar y no sufrir el fútbol"


El Pibe de Azul, tal como los bautizó Víctor Hugo Morales, en radio Continental, se ganó un lugar en el mediocampo a fuerza de sacrificio, humildad y entrega tanto en la selección nacional como en los memorables equipos del River de los ´90, que supo cosechar varios títulos locales e internacionales. Tuvo un retiro prematuro y en los últimos años se había vinculado al showbol junto a glorias del fútbol, capitaneados por Diego Maradona. Hoy, con 35 años, Matías Jesús Almeyda no se resigna a abandonar su gran amor, el fútbol, y ayer volvió a sentir esa rara sensación de ingresar al vestuario el día del partido con la firme convicción de dejar todo, como si fuera el último partido. Ya no se trata de los pasillos del Monumental, ni del emblemático Olímpico de Roma, ni del Ramón Sánchez-Pizjuán de Sevilla, entre los muchos que transitó. Esta vez fue para vestir la camiseta de Fénix, que ayer empató 2 a 2 con Argentino de Merlo por el torneo de Primera C. La fiesta no pudo ser completa porque Almeyda fue expulsado por el árbitro Martín Gonaldi, en el último minuto, en una fuerte jugada con el defensor Martín Iglesias. "No lo tomo como una vuelta al fútbol con la idea de jugar el Mundial sino como algo bueno en lo psicológico para mí porque el hecho de haber dejado la actividad te da mucho tiempo libre y eso te hace mal. Te enseñan a jugar, pero no te preparan para el día después", comenzó el diálogo con La Nación el volante central que llegó, por seis meses, a la entidad de Pilar de la mano del goleador Alberto Federico Acosta (autor ayer de los dos tantos de Fénix). - Alguna vez declaraste que no disfrutabas el fútbol por la presión, ¿a qué te referías? - La presión no es algo que me molestó porque crecí en un club donde viví con presiones. De hecho, creo que es lo que marca a un jugador. Los que anhelan ganar cosas tienen que sentir esa adrenalina. Pero llegó un momento donde no disfrutaba más y por eso me fui. Ahora, quiero disfrutarlo y no sufrirlo para darles junto al Beto Acosta un apoyo y un ejemplo a los chicos. Porque no pasa todo por lo económico sino que hay que tener amor por el fútbol. Y ahora a los 35 años míos y a los 40 de Beto, que vayamos a entrenar a la par de ellos, que nos duela todo y sigamos igual es una demostración de que sin sacrificio en la vida y en el fútbol no se consigue nada. - ¿Qué era lo que te impedía disfrutar? - La hipocresía que hay en el medio. En la vida me molesta cuando se le miente a la gente. Hay una clase de periodismo que miente y no me va. Eso pasa porque entre el público y los jugadores hay un nexo que es el periodismo y hay un grupo que no dice la verdad por conveniencia porque tienen que vender y hacerse escuchar. Me da bronca que se engañe a la gente porque cuando no se dio mi pase a Independiente, en 2004, no fue por un interés económico como se dijo sino que el problema real fue que la Policía me informó que querían secuestrar a mi viejo y me tuve que ir del país. En el momento en que se dijo eso en la radio, llamé y no me quisieron atender. Me quedó la espina de poder sentarme a hablar, si se anima, y poder explicarle y preguntarle por qué mintió. - ¿Qué pasó que no se dio tu llegada a River? - En enero, me llamaron dos dirigentes y me propusieron regresar al club y les dije que sí. Hubiera sido bárbaro retirarme en el lugar indicado: en mi club. Hablé con Pipo [Gorosito] y quedamos que a la semana lo llamaba y no sé por qué ese día no contestó el teléfono. Le mandé un mensaje de texto y tampoco respondió. Entonces, me autodesvinculé ?se ríe? porque ya estamos grandes y las cosas se entienden, pero no comprendo la falta de conexión y de diálogo. En la vida, hay que tener dignidad y poder apoyar la cabeza en la almohada. Estoy haciendo el curso para técnico y sueño con dirigir a River. Me siento preparado y tengo mi grupo de trabajo armado. Estoy esperando esa chance. - ¿Qué crees que pasa con los ídolos de River? - Es raro, es algo que no se entiende de la dirigencia. Si bien nos mostró, por condiciones nuestras, el club ganó mucha plata por nosotros. Yo viví debajo de la tribuna de River. Fue mi casa. Duele ver a River así, como se maneja con sus ídolos. Lo de Ariel [Ortega] es una pena porque es el último ídolo de River. - ¿El Ogro Fabbiani puede ser el nuevo ídolo de River? - Es el jugador líder que estaba necesitando River por su juego, porque habla y es goleador. Es muy inteligente y todos entran en su juego. Está en el camino pero Ariel [Ortega] jugó 15 años y es el último ídolo. Por ahora, es irremplazable.