miércoles, 20 de julio de 2011

A LA MANERA DE ALMEYDA



Fuente Diario Clarin


El mar se mueve al compás de ese viento y esas olas que amagan con arrasar todo. Torrencial, la lluvia golpea fuerte y hasta dificulta la visión de los jugadores. El clima invita a cualquier cosa menos a realizar un entrenamiento a la orilla del mar. Fernando Cavenaghi, Alejandro Domínguez y compañía salen a la playa encapuchados y con guantes, abrigados como si estuvieran en Alaska. El entrenamiento es duro, exigente, “una verdadera cagada a palos”, como le dice a Clarín uno de los jugadores más experimentados del plantel. Pero no hay quejas ni caras largas de parte de los jugadores. Saben que el objetivo es uno solo: tratar de devolver a River a Primera División el año que viene.

Y Matías Almeyda ya comenzó a inculcarles que para eso será necesario jugar bien al fútbol , pero también levantar las banderas de la cultura del esfuerzo.

El técnico quiere un River que en lo posible guste y gane, pero también un equipo de guerreros dentro de la cancha.

“Buscamos construir un River que sea muy fuerte de la cabeza y del cuerpo. Este tipo de entrenamientos sirve para eso. Hay que adaptarse y seguir remando todos los días ”, afirma Alejandro Kohan, el preparador físico principal.

Según parece, el River de la B Nacional tendrá un espíritu muy parecido al que mostraba Almeyda hasta hace un mes , cuando era el líder del equipo desde el círculo central. “Voy a seguir jugando hasta que las piernas me digan basta”, dijo más de una vez el Pelado desde que comenzó el año. Terminó el último torneo -el que desembocó en ese descenso que muchos hinchas todavía no pueden creer ni digerir- como pudo: con un desgarro en un aductor y un fuerte golpe en una de sus costillas. Almeyda pretende jugadores con su estilo: comprometidos al extremo.

“Lo conozco y va a tolerar más que alguien no ande bien en un partido que una mala cara o una muestra de desgano en un entrenamiento”, comentó un integrante del cuerpo técnico.

En una de las primeras charlas que tuvo con el plantel, Almeyda le dijo al grupo, palabras más, palabras menos: “Acá nadie tendrá el puesto asegurado. Quiero que se ganen el lugar en los entrenamientos. El trabajo va a ser duro y habrá que tener mucha dedicación”.

El técnico también les recomendó que se cuiden mucho en su vida personal, que sean cuidadosos con la alimentación y con los tiempos de descanso. Y pronunció tres palabras que apuntaron en esa misma dirección y que no pasaron desapercibidas para los jugadores: humildad, dedicación y solidaridad con los compañeros . El año pasado, durante la pretemporada en Salta con Angel Cappa como técnico, el Pelado le dijo a Clarín que cuando le tocara ser técnico, iba a querer tener “un equipo agresivo, que piense y juegue, y en el que todos corran por igual”. Y eso es lo que empezó a buscar desde que el lunes 11 el plantel regresó al trabajo en el Monumental.

Al igual que el domingo, ayer se entrenaron en triple turno. A las 7.45 hicieron trabajos en el gimnasio y después fueron al balneario Siempre Verde, del complejo RCT de Chapadmalal, donde están alojados. Cuando bajaron a la playa, los jugadores corrieron y gritaron a modo de descarga, un poco para darse fuerza ante lo que se venía y otro porque el frío polar que nacía del mar los tomó por sorpresa. Allí hicieron ejercicios de fuerza y velocidad e incluso Almeyda corrió un poco al borde del mar, hasta que se cansó y terminó en cuclillas, cansadísimo. Tras el almuerzo y la siesta, se entrenaron en el Polideportivo de Chapadmalal, donde siguieron con las tareas físicas y luego jugaron un picado. “Acá todos están haciendo un gran esfuerzo. No hay malas caras y ése no es un tema menor”, afirmó Agustín Alayes, uno de los refuerzos. Algo parecido señaló Carlos Arano, uno de los varios sobrevivientes del equipo que perdió la categoría. “Estamos muy comprometidos y dispuestos a hacer todo el esfuerzo que sea necesario”.

El River de la B Nacional se prepara para ser así: a la manera de Almeyda.

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