El experimentado volante dice que "la parte deportiva es una consecuencia del manejo que hubo".
En River parece haber llegado el momento de empezar a repartir culpas. La crisis futbolística del equipo crece como una bola de nieve y la amenaza del descenso para la próxima temporada dejó de ser sólo parte del morbo de la contra para transformarse en una acuciante realidad. Como en toda etapa complicada, se necesitan responsables. Y a Matías Almeyda no le hizo falta nombrarlo para caerle con total dureza a José María Aguilar, el antecesor de Daniel Passarella en la presidencia del club. El Pelado dejó indemne de responsabilidades a Passarella por la realidad del equipo y relacionó al descorazonador presente con la compleja situación económica por la que atraviesa el club. "Hace tres meses que está (por Passarella) y cuando empezaron a destapar las tapas de las ollas se han encontrado con un montón de cosas. Han desmantelado el club, sobre todo en la parte deportiva", disparó, en clara alusión a Aguilar, quien el año pasado le abrió las puertas para el regreso junto a Néstor Gorosito, entonces técnico del equipo.
Almeyda jamás pensó que le iba a tocar asistir a una decadencia del club tan marcada en todos los niveles. "Yo viví en el año 90 en la concentración a la que vamos todos los fines de semana, y la frazada con que me tapo hoy es la misma del año 90. Estamos hablando de River, que ha vendido grandes jugadores, con cifras que todos conocemos, y la parte deportiva es una consecuencia de ese manejo que hubo", señaló sobre el deterioro institucional.
No son pocos los hinchas que dicen que del momento actual de River no se puede salir con pibes como Facundo Affranchino, Roberto Pereyra, Mauro Díaz, Rogelio Funes Mori o Daniel Villalva. Sin embargo, Almeyda echó mano al limitado plantel con que cuenta Leonardo Astrada para afirmar por La Red: "Si no ponemos a los chicos, tenemos que poner al Súper 8 (el equipo de veteranos) porque no hay más jugadores. Es la realidad del club. Tienen que madurar rápidamente. En su vida deportiva les va a hacer bien. Es triste que tengan que soportar esta presión".
En la derrota (1-0) ante Argentinos, River tuvo de mitad de cancha hacia adelante a cuatro jugadores que el año pasado jugaban juntos en Reserva: Affranchino, Pereyra, Díaz y Funes Mori. Son pibes que deberían ir entrando de a poco, de modo de sumar rodaje en forma progresiva. Pero el presente los empuja a tener que ser los salvadores, un rol que les queda demasiado grande. "River ha cambiado, y no para bien. Tenía jugadores de 28, 32 años, y los pibes que venían acompañaban a ese grupo. De a poco se los iba fogueando y de a poco se convertían en grandes jugadores. Ahora los jóvenes tienen que sacar a River adelante, con 17 ó 18 años. No es fácil para un pibe salir a la cancha y tener que sacar un resultado positivo porque está la protesta de la gente, que está acostumbrada a ganar", explicó.
Con todo, Almeyda mostró un costado optimista y garantizó que la entrega del plantel será total. "La lucha nuestra será hasta el último minuto de este campeonato y va a comenzar desde el primer minuto del otro campeonato porque River no va a cambiar de un partido para otro", avisó. Y prometió: "Pienso dejar todo hasta que se me caigan los músculos en la cancha".
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