miércoles, 13 de abril de 2011

"Vi tantas veces el video de mis goles que tengo más que Romario"


Fuente Diario Ole


Almeyda se ríe de sí mismo y sueña con un festejo propio. La punta, el promedio, la situación de Boca y la realidad: “River estaba noqueado y se puso de rodillas”.

Todavía no se retiró. Es más, ya anunció que seguirá jugando “hasta que el cuerpo me dé”. Igual, Matías Almeyda ya convive con la nostalgia. Porque a los 37 años corre como si fuera un pibe y es capitán de un River que va saliendo del pozo y llegó a la punta del Clausura, pero hay un gusto que aún no pudo darse desde que volvió a jugar como profesional: el gol. “Evidentemente no es lo mío”, reconoce el Pelado. Entonces, se saca las ganas disfrutando del pasado. “Yo hice pocos goles en mi carrera y a ese video lo vi mil veces. Lo miré tanto que tengo más goles que Romario, ja”, bromea el capitán de River.

Almeyda gritó apenas nueve goles (en partidos oficiales) en su extensa trayectoria y sólo cinco fueron en River, mientras que el crack brasileño convirtió más de 900, aunque como alguna vez tiró el Loco Abreu, “le contaron hasta los goles que hizo en la playa”. El más importante del Pelado fue en la semifinal de la Libertadores del 96, ya que con ese tanto River le ganó 1-0 a la U. de Chile en el Monumental y pasó a la final. Ahora, en cambio, Matías coquetea muy poco con el arco. En este torneo, estuvo cerca cuando trabó una pelota y Nicolás Navarro (Argentinos) sacó ese rebote al córner, y también en un remate ante Banfield que Bologna mandó por arriba del travesaño. “Acá en los entrenamientos hice un par de goles, eh”, aclara el Pelado, otra vez con su habitual humor.

Es difícil borrarle la sonrisa al líder del River de Jota Jota. En la conferencia de prensa en el predio de Ezeiza, cuenta que guarda los recortes de diarios y revistas donde lo elogian “para dárselos a mis hijas dentro de algunos años”, y hasta se anima a chicanear a un experimentado periodista (Rubén Sagarzasu) porque le formula una interminable pregunta. Aunque al hablar del presente del equipo sí se pone serio, se centra en la realidad sin tentarse con la posición actual en la tabla: “Desde el arranque del torneo estamos mirando las dos tablas. El tema del promedio es el que más nos incomoda y, si bien hemos llegado a la punta, si miramos para abajo seguimos ahí. Aún no conseguimos nada”.

El Pelado remarca que por ahora nadie tiene chapa de candidato y que “recién cuando falten tres o cuatro fechas” se verá qué clubes pueden aspirar al título. Sin embargo, el volante no atenta contra la ilusión. Todo lo contrario: “Cuando uno juega al fútbol sueña, y el sueño más lindo es dar una vuelta. Uno siempre tiene que salir a la cancha pensando en ganar y en ganar un campeonato. Después, hay que tener los pies sobre la tierra y ver la realidad. River estaba noqueado y ahora se puso de rodillas, se está levantando, vemos a un equipo que se está poniendo de pie”.

El capitán siempre utiliza metáforas de lucha, como cuando calificó a Pavone de “espartano”. Por eso, destaca que a pesar de la gran cantidad de jóvenes que hay en el plantel, “este River es un equipo de hombres”. Sí, y de hombres con códigos, que, por ejemplo, no gozan de los males del vecino: “No nos pone contentos que le vaya mal a Boca. Somos profesionales y no le deseamos el mal a nadie. Ojalá que puedan acomodarse”, dice. Claro, con una condición: “Que siempre estén abajo nuestro”.

Sí, a veces el Pelado la clava en el ángulo...


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